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Nos encontramos frente al monumento conmemorativo del centenario de la batalla de Vimeiro, inaugurado el 21 de agosto de 1908 por el último rey de Portugal, Don Manuel II. El Don Manuel se hizo acompañar de su tío, el infante Don Afonso, conocido en Portugal como el “Arreda”. Él fue uno de los primeros portugueses en tener un coche y le encantaban los automóviles. Para despejar los caminos, como señal de paso solía gritar “Arreda, Arreda” [aparta, aparta]. En el lugar donde se ubica dicho monumento se erguía antiguamente un molino. El día de la batalla, se dispuso la artillería junto al molino, improvisando así el cuartel del coronel George Walker, comandante del 50.º regimiento británico. Con el propósito de construir el monumento, el molino se desmontaría y trasladaría a Pito Agudo, en Maceira, ubicación en la que aún hoy se encuentra. Del viejo molino, se llevaron los ingenios y la cantería.